Las Coles de Bruselas son una variedad de col repollo perteneciente a la familia de las verduras crucíferas como el brócoli o la coliflor. Su nombre es debido a que se cultivaron por primera vez en Bélgica (no se complicaron mucho la cabeza, la verdad). A diferencia de la mayoría de los tipos de coles, son una hortaliza bastante joven, ya que no se extendió a Europa hasta el siglo XIX.
Contrario a la creencia popular, las coles de Bruselas no son repollos en miniatura, sino que son los propios brotes de la planta ¡Docenas de cogollos crecen en cada tallo!. Son un conjunto de Yemas Axilares de forma forma ovalada, a modo de pequeños repollos, constituidas por un tallo corto y engrosado que sujetan las hojas de la planta.
El sabor tan intenso de estos pequeños vegetales es debido a su alto contenido en glucosinolatos (sinigrina y progroitrina), fitoquímicos que le otorgan ese sabor amargo y picante tan característico (y odiado por muchos). Además de estos compuestos, son una gran fuente de vitamina C, vitaminas del grupo B, como el ácido fólico, y minerales tales como hierro, zinc y potasio.